El día que llegué a esa conclusión me di cuenta de que sólo una persona me podía curar esta tristeza. La pena es que él no estaba muy por la labor, o eso pensaba yo.
Desde ese momento no paré de equivocarme en mis decisiones con él. La inseguridad y la herida del corazón se habían apoderado de mi. Besaba otros labios buscando los suyos, miraba a los ojos a otros mientras en realidad buscaba su mirada. !Qué estupidez! Pero que iba a hacer yo si él solo me demostraba su amor una noche cada cien madrugadas.
261111 |
vqf
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