viernes, 8 de abril de 2011



Miedo, supongo que ése es el sentimiento que tengo ahora mismo recorriendo cada parte de mi cuerpo, porque desde hace varios días hoy he decidido escribir mientras pienso en ti. Miedo a saber qué es lo que puedo llegar a escribir mientras dejo que te pasees por mi mente a tus anchas. Miedo a descubrir que mis dedos pulsan estas teclas a demasiada velocidad. Miedo a saber qué es ese extraño sentimiento que despiertas en mí. Miedo a no querer volver a leer lo que ahora mismo estoy escribiendo sin pensar en lo que escribo. Miedo a pensar que ya se ha acabado el tiempo que teníamos para compartir. Miedo a no volver a verte. Miedo a saber que sientes lo mismo. Miedo a saber que no sientes nada y mis sentimientos dejen de tener cualquier tipo de sentido. Miedo a que pase algo entre nosotros. Miedo a que no pueda pasar nada. Miedo, miedo y más miedo. Será que eso del amor no es tan bonito como dicen... Miento, sí, lo cierto es que miento, éste es el miedo más precioso que jamás he sentido y has sido tú el único asqueroso ser humano que ha conseguido que lo sienta.

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