El amor entre ellos era un amor imposible, un amor puro pero perdido. Él la quería, y hacía todo lo posible por pasar con ella cinco minutos. Ella no lo tenía tan claro. Nunca le había pasado nada parecido y tenía miedo. Se encontraban a veces, paseaban y hablaban de sus cosas. Cada día era mejor que el anterior. Una historia nueva que contar. Hasta que los encuentros ocasionales ya no lo eran. Se llamaban por teléfono, quedaban y se veían a menudo. Un simple sms era suficiente para que él supiera que ella le recordaba y pensaba en él. Estaban agusto juntos. Y así, día tras día, comenzaron a escribir su historia. Esa historia que pase lo que pase nunca se borrará. Lo que empezó como un juego pasó a ser algo mucho más importante. Parecía imposible, pero sucedió.
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